La muralla medieval de Pisa se levantó a mediados del siglo XII, en la época en la que la actividad comercial del puerto y el poderío marítimo de la ciudad alcanzaron su apogeo. Esta muralla tenía forma de cuadrilátero y su longitud era de unos 5 kilómetros, aproximadamente. Poseía en torno a una docena de estrechas puertas, siendo dos de las más importantes las aún conservadas Puertas de Santa María y de Lucca. La primera de ellas da acceso al famoso Campo de los Milagros (Piazza dei Miracoli), y es la entrada aconsejable a pie para apreciar en toda su espectacularidad la inclinación de la célebre torre.
La muralla de Pisa se conserva en buen estado, pero lo que se aprecia hoy en día es aproximadamente la mitad de la extensión original. También pueden verse las Puertas de Santa María y de Lucca, así como otras pequeñas puertas menores. El tramo mejor conservado de la muralla discurre paralelo a la Via Contessa Matilde. Hay restos de bastiones y de una ciudadela formando parte de los tramos del sur de la muralla.
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