Durante el trayecto habrá que caminar por caminos con muchas piedras, agua y senderos estrechos. Aunque el camino está perfectamente señalizado hay que mencionar que en algunos tramos iremos siempre junto al río Romeor, incluso tendremos que saltar por algunas zonas rocosas por las que pasa el agua, pero no os asustéis, con cuidado ni si quiera os mojareis nada de nada. durante el recorrido iros fijando en el suelo,veréis rocas pintadas con flechas indicando el camino.
Una vez acabemos de caminar junto al río tendremos que subir una cuesta un poco dura que veremos de frente. Una vez acabada la cuesta más pronunciada habremos llegado a la zona que se conoce como “A Medorra”. desde ahí podemos ver a mano derecha un monte con pinos llamado "Chao da Tara", lugar donde se sitúa la "Aira dos Mouros" (origen de muchas leyendas populares).
Después de caminar unos metros por el sendero, veremos una bifurcación que debemos coger a la izquierda. Continuando la subida tendremos que desviarnos nuevamente a la izquierda para atravesar los restos de la antigua losera que nos llevan a la entrada del túnel. Tened cuidado en este tramo, hay bastante pendiente y se puede resbalar fácilmente.
Este túnel fue construido en torno al siglo II,y formaba parte de una red de canales para conducir y suministrar el agua para el lavado del mineral aurífero de las minas romanas de Millares y Torubio, es decir, el oro.
El recorrido del túnel tiene una longitud de 60 metros y es muy fácil de recorrer,eso si, casi siempre suele haber agua en su interior, da igual la época del año, ya que se filtra por las paredes, así que deberéis tener en cuenta que el calzado os lo vais a mojar.
De camino al túnel atravesaremos un precioso espacio natural que alberga diversas especies arbóreas, como el tejo, el acebo, la haya o el roble. Los romanos denominaban estas tierras Caurel, que significa "Tierra de Oro". Las explotaciones auríferas del Courel fueron importantísimas para el Imperio Romano, llegando a producir 20000 libras anuales.
Los trabajos de sustracción del oro se realizaban sirviéndose de la población de la zona, condenados a minas, esclavos y prisioneros de guerra, bajo la supervisión de emplazamientos militares. Los "Procuratores Metallorum" eran los encargados de administrar los distritos mineros.
