Entre las 336 columnas de la basílica Cisterna de la ciudad de Estambul hay dos columnas que tienen como base una cabeza de Medusa, el ser mitológico que convertía en piedra a todo aquel que la mirase. Hay gran variedad de teorías sobre que significan esas grandes cabezas en el interior de la cisterna, aunque la teoría más aceptada es que se pusieron ahí por fines prácticos, para ser usadas como base de las columnas.
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