La iglesia de Sta Mariña Dozo es un bello ejemplo de lo que es uno de los rincones más románticos de la comarca y buena parte de la provincia. En una falda del Monte de la Pastora, y muy próxima a la ubicación de un antiguo emplazamiento castreño, podremos disfrutar de los fantásticas ruinas de lo que fue en su día una importante iglesia. Con anterioridad debió existir un viejo templo románico de quizás el siglo XII. No se sabe con exactititud si su fundación fue debida a doña María de Ulloa, madre del arzobispo Alonso de Fonseca o a doña Juana de Hungría, esposa de Paio Gómez, quienes habitaron la cercana Torre de San Sadurniño.
En cuanto a la cronología es más que probable que se iniciaran las obras en la época de estos, durante los siglos XV o XVI, con remates posteriores en el siglo XVII. Este templo ojival se compone de cabezera o ábside cuadrado, una sóla nave con cubierta de madera y las capillas laterales. El tamaño de la nave es de 24 x 11,4 m. Del llamado gótico marinero, forma parte de un grupo de iglesias del mismo estilo como pueden ser Sta María de Laxe, Sta María de Muxía, Sta María A Nova o también la iglesia de Sta Columba de Rianxo, la cual quizás sirviera de ejemplo al caso del que nos ocupamos.
El templo se divide en cinco tramos marcados por los grandes arcos rebajados de medio punto que aún permanecen intactos. Estos se encuentran decorados con bolas y pomas. El ábside se divide del resto mediante un gran arco apuntado, cubierto de una gran bóveda de crucería, en cuya clave se ha esculpido el Sol, que es la imagen de Cristo. Seis capillas se disponen a ambos lados, de las cuales, una de ellas sería la sacristía.
En la parte frontal, veremos una torre de planta cuadrada, en el lado izquierdo. A ella se asciende por una escalera de caracol interior. De mencionar son también las esculturas dispuestas en los arcos de las figuras de los doce Apóstoles, el Misterio de la Reencarnación y los pecados capitales, pero sobre todo nos llamará la atención la figura de una Virgen preñada y del Cristo con la cruz.
De destacar son también los restos de las pinturas de las paredes laterales que dentro de muy poco y debido a las inclemencias climáicas y al nulo mantenimiento, acabarán por desaparecer.
Hoy en día, las ruínas, dan cobijo a un cementerio parroquial y el altar mayor presenta una antigua figura de un Cristo en lo que hace hoy de capilla. Fue abandonada en el siglo XIX, tras un gran incendio que destruyó gran parte de la iglesia. Hoy en día se realiza una sóla misa al año en el Día de los Difuntos.
Las ruinas de Sta Mariña Dozo fueron declaradas monumento histórico-artístico en 1943. Hoy en día quizás precisen de un poco más de atención si queremos conservar los hermosos restos de esta legendaria iglesia.
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